Entre farallones y farolas ando por las falsas y famélicas calles de la fama, buscando fajos de badajos en campanas taciturnas...
Mirando al suelo farfullando palabras como chorros en fuentes mientras su fuerza fluctúa entre fláccidos abdominales suecos, sordos, sosos, sábanas fantasmales, suerte e imbéciles.
Tratando al tiempo como un fuero redondo con una maquina de empalar brujas medio tontas que no dicen más que la verdad pura y dura, en otros idiomas no correspondidos.
Diccionarios de insultos balbuceantes que el inconsciente retiene y remite a los seres queridos coronados con esquelas y tatuados con INXclemencias temporales, arrugas patas de gallo o piel de naranja…
Venus de Nilo que tocan la guitarra al estilo del jazz de los años cincuenta y se empapan de semen saxofónico tras el telón de acero, el muro de Berlín… llorando porque la guerra fría congeló sus sentimientos.
Hilos que enhebran solicitudes de boda con borlones de arlequines dantescos que parecen diabólicos muñecos de cartón reutilizable.
Elipses temporales para ver eclipses semestrales en el país de la vejación dónde la imaginación es un carro tirado por rodillas clavadas en el suelo, mártires de cenefas…
Gólgota y gotas de un grifo abierto que chispea con bandurrias ardiendo mirando hacia el cielo, Dios riéndose ante su reflejo humano.
Barbas largas, trenzas sacras puercoespines, piernas, lavabos y purgatorios cremados a la vieja usanza, carbón vegetal extraído de la sufriente madera de la madre naturaleza.
Y yo a más de mil kilómetros de distancia y dos pasos, sin saber que decir, en silencio, parado, mirando tu etéreo contorno y buscándote con las manos.
martes, 31 de mayo de 2011
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