jueves, 4 de diciembre de 2008

Ojete de cánido.

Un perro lleno de crispación
huele el ojete de otro....

más allá del semáforo

una vieja grita con satisfacción
que su marido es impotente
los espectadores, máxima atención
entre sus palabras, un corro de gente,

el cielo es poco azul tiznado de cenizo,
el viento arranca paraguas,
para aguar
más tarde los cobertizos.....

y yo que observo todo esto como una cámara,
piso una mierda, resbalo, súspiro y con calma,
mancillo el nombre del señor en vano.

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